En muchos puntos del sureste asiático, como Camboya, Laos, Vietnam y Tailandia, la bicicleta es un medio común de transporte diario. Pero no sólo para sus habitantes, también para los turistas.
Texto y Fotos: @monmargo y @totalmentepelos
Rentar una bici durante un día por uno o dos dólares resulta una manera económica, práctica y divertida para visitar sitios de interés cercanos al área en la que estás. Aunque también existe la posibilidad de rentar una moto (adecuada para distancias más largas) si algo te permite ir en bicicleta es involucrarte un poco más con lo que te rodea. Como en su mayoría los caminos son planos, la velocidad a la que pedaleas es moderada y puedes disfrutar más del paisaje o, como hacen los locales, ir platicando con tu compañero de viaje.
Lo que siempre hay que tomar en cuenta es un aproximado de los kilómetros que recorrerás a lo largo del día para medir el esfuerzo físico que ello implica y llevar contigo un mapa para no perderte. Turistear en bicicleta no se trata de extenuarte, sino de usarla como medio para exprimirle experiencias a un viaje o a unas vacaciones.
Básicos para rentar una bici:
Aunque parezcan obvios, hay varios puntos a tomar en cuenta al momento de que te asignen una bicicleta.
Revisar que funcionen los frenos.
Cerciorarse del nivel de aire en las llantas.
Ajustar la altura del asiento.
Probar que la cadena corra sin trabarse.
Pedir un candado y asegurarse de que funcione.
Pedir un casco.
Preguntar hasta qué hora puedes regresarla.
En la práctica:
En el sureste asiático no existen carriles especiales para las bicicletas, en realidad forman parte del tránsito habitual. Lo recomendable es cargarse hacia un extremo de la calle.
El único criterio para estacionarlas es: donde haya sombra, sólo asegúrate de que no estorbe o bloqueé un acceso.
Es común ver gente conduciendo con una sombrilla en la mano, pero es mejor usar un buen sombrero y bloqueador.
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