Conocido como Zopi, bajista del grupo de reggae los Rastrillos, también es la voz del ciclismo urbano en la FM. Además de su labor en los talleres del FARO, a las 11 de la mañana de cada miércoles dirige, produce y conduce el programa Bicitlán.
Por: Rogelio Garza / Foto: Aarón Borrás
Ahí donde suena la música, sus vibraciones son causa de movimiento físico o neta físico, desde un pie que sigue el ritmo, la memoria o la imaginación, hasta un espíritu que agarra camino. Basta que sus ondas se propaguen en el aire para que, al primer contacto, algo o alguien empiece a moverse.
Pedalear tiene mucho que ver con la música. El ritmo es fundamental en el ciclismo, debes mantener un ritmo estable para tener un pedaleo eficiente y disfrutable.
Así fue el primer encuentro de Zopi (Ciudad de México, 1968) con la bicicleta y la música, apenas las tocó y las cosas empezaron a rodar y a sonar casi al mismo tiempo… “Recuerdo que en mi casa estaba la bicicleta de mi abuelo, que había sido cartero, una rodada 28 de doble tubo. Tengo clara la imagen de una bici enorme, no la podía alcanzar, pero con un poco de maña metí las piernas por el cuadro, donde podía alcanzar los pedales, y empecé a dar unas vueltas por el patio”.
Cuando tuvo una bici infantil de color verde, rodada 20, se convirtió en el vehículo perfecto para explorar la colonia. Y, sin darse cuenta, en la rila también exploró la vida: “No era consciente de que era ciclista, sólo me transportaba en ella todo el tiempo. Lo mismo iba a la secundaria que a la universidad y al trabajo. Empecé en el ciclismo deportivo porque mi pareja de entonces era una apasionada y me contagió. Ahora practico el ciclismo de ruta todos los domingos, el resto de la semana soy ciclista urbano”.
El talento musical lo trae en la sangre, es hijo del director de orquesta Gustavo Pimentel, el Zopilote, y desde niño se juntaba con sus primos para tocar por diversión. “Ya mayor estudié contrabajo en la Escuela Nacional de Música. Y encontré el reggae durante un viaje a Chiapas, mientras viajaba con un amigo. Tropezamos con un rasta que nos dio la bases de esa filosofía y nos acercó a esa música. Ese compa, el Chino, hasta hoy es el baterista de los Rastrillos”.
Más de 30 años de pedalear, de tocar y cantar con los Rastrillos, el grupo mexicano de reggae-fusión más escuchado, colocan al Zopi en una posición envidiable: la de los músicos que pedalean y afinan sus bicicletas como si fueran instrumentos musicales antes de salir a tocar: velocidades, cambios, frenos, ruedas y llantas: “Pedalear tiene mucho que ver con la música. El ritmo es fundamental en el ciclismo, debes mantener un ritmo estable para tener un pedaleo eficiente y disfrutable. Además, creo que cuando vamos en bici, sobre la superficie trazamos una línea muy similar al dibujo melódico de una canción”.
De eso se trata el ciclismo urbano, de lograr armonía en las calles para que todos podamos disfrutarlas como disfrutamos la música:
“Me parece alentador. Creo que la cantidad de grupos y rodadas que hay no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país, habla de la necesidad de los ciudadanos de apropiarnos del espacio público, de transformar las ciudades, de buscar lugares para la convivencia, de usar la creatividad de manera constructiva y lúdica”
dice Zopi, quien se ha dedicado desde al año 2000 a trabajar como tallerista musical en la Red FARO Oriente (Fábricas de Artes y Oficios de Oriente).
Después de la bicicleta del abuelo y de su bici infantil verde, en su última visita a los 12 años, los Reyes Magos le trajeron el regalo perfecto: “Una bicicleta de ruta, era una Shimano de los años 80. Después vino mi época BMX, tuve una DiamondBack y luego una Robinson. Recientemente conseguí una plegable VW y una Giant de ruta”.
Pero esa Giant fue vilmente robada. Por lo que Zopi rescató su Shimano: “La llevé a restaurar con un buen amigo, Gonzalo, de Cleta Reyna”. Era una bici hecha a mano en Japón, con 30 años de uso y el correspondiente desgaste, que fue sometida a un proceso de “vuelve a la vida”.
El cuadro y la tijera fueron cubiertos con una capa de pintura celeste, el color de las Bianchi. El manubrio y el poste se volvieron a cromar, mientras que la multiplicación, las bielas, los frenos y las mazas se pulieron para que recuperaran su brillo de máquina nueva.
Tuvieron que cambiarle el sillín por uno Brooks, las ruedas, los pedales y los mandos, todo Shimano. Así fue como nació la célebre Bicitlana.
El 6 de julio de 2011 el programa de radio Bicitlán salió al aire en Reactor 105.7 FM, una emisión realizada por Zopi y María, dedicada a la difusión de la cultura de la bicicleta y a la promoción del ciclismo en las ciudades.
“El reto es muy grande. Veo un ciclismo urbano en ascenso, lento, pero constante y con grandes logros. Me queda claro que ha valido la pena el esfuerzo de la comunidad ciclista”.
Lo única deuda que como músico podría tener el Hijo del Zopilote con la bicicleta, es escribirle una canción: “Le he dado vueltas a la idea, pero no es fácil, aún no llega. Como todas las pasiones, es difícil hablar de ella. Estoy en proceso, y sí, pronto saldrá algo”.
Mientras eso sucede, afinemos nuestras bicicletas y a pedalear con ritmo, melodía y armonía.
ruedalibre.reva@gmail.com
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