En años recientes la ciudad se ha visto plagada de ciclistas con maletas enormes a cuestas. Si bien esta manera de hacer llegar comida no es innovadora, la diferencia es que estos son negocios con una organización mayor y algunas veces trasnacional, que funcionan bajo lineamientos legales pero ventajosos sobre los que operan realmente el negocio.
– Por Ramón Arizmendi Casas y Óscar Martínez Corona –
El año pasado en Inglaterra se llevó a cabo una huelga de los repartidores en bici tras la muerte de un camarada después de entregar un pedido. Ellos operaban de manera exclusiva para una aplicación de teléfono celular llamada Deliveroo. Este evento desencadenó un juicio acerca de los derechos de los trabajadores independientes en bici y las obligaciones que tiene la empresa. Sin embargo, tanto aquí como allá el tema de seguridad social y riesgos de trabajo son una carga pesada para cualquier empleador, pues sus costos se incrementarían y en consecuencia los precios al usuario también, por lo que sería poco viable seguir el esquema tradicional de “empleado” y se opta por el de comisionista dados sus beneficios legales y financieros.
La tendencia mundial es que los derechos colectivos e individuales de los trabajadores se reduzcan para abaratar el costo del trabajo humano, disminuir la responsabilidad, incrementar las ganancias y simplificar la operación. Así lo demuestran las recientes reformas laborales de países desarrollados como Francia e Italia, en las que las pensiones buscan ser eliminadas debido a su alto costo para la administración pública, pues el incremento de la esperanza de vida y al alto costo de enfermedades terminales de largo plazo literalmente sangran el herario público.
Estos hechos demuestran que la legislación laboral mundial está (deliberadamente) retrasada respecto de la actualidad del desarrollo económico, pues no representa ni busca la inclusión de oficios cuyo riesgo en calle es alto. En México este tipo de trabajos ha existido desde hace décadas sin que empleadores, ni empleados y mucho menos, autoridades o sindicatos protesten; sin embargo, al estar involucradas empresas como Uber o Rappi las condiciones cambian, pues el tamaño del negocio es mucho mayor, nunca realmente conoces al empleador y no se tiene registro (como Uber lo hace con su división de autos) de las calificaciones que los ciclistas asociados tienen para circular de manera correcta y prudente en el arrollo vehicular al prestar el servicio. Hasta el momento no existe registro de algún ciclista perteneciente a estas empresas fallecido en el camino, sin embargo este es un tema que requiere de un análisis más inmediato y profundopor parte de quienes en esto trabajan, tanto de las asociaciones civiles y de los colectivos, como de las autoridades en materia laboral, antes de que haya pérdidas que lamentar.
Estos oficios nacen por aquella necesidad de la gente de no salirse de su zona de confort o de trabajo, de tener todo a la mano en un click. “Yo lo hago por ti y te compro lo que gustes llevándolo a tu hogar u oficina.” La ciudad evoluciona y los empleos con ella.